En algunos casos, la cirugía es la mejor opción para corregir los síntomas, especialmente cuando otros tratamientos no han sido efectivos o no han resuelto el problema. La mayoría de tratamientos quirúrgicos por problemas de suelo pélvico se pueden realizar como procedimientos ambulatorios o con una mínima estancia hospitalaria (1 o 2 días máximo).
Para el prolapso. La cirugía implica la corrección del prolapso y la recuperación del apoyo del suelo pélvico. Hay muchas técnicas disponibles y dependiendo del tipo de prolapso, cirugía previa y historial médico de la paciente, ofreceremos la opción que creemos más indicada.
Las mujeres con prolapso uterino, en función de sus preferencias, podrán optar por cirugía reconstructiva preservando el útero o no. El abordaje también puede variar según el caso y este puede ser por vía vaginal o por vía laparoscópica (abdominal). En los casos donde se decida proceder con la histerectomía, esta se acompañará siempre de una suspensión de la cúpula vaginal para minimizar el riesgo de recurrencias.
Para problemas de control de la vejiga. La cirugía se ofrece sobre todo en dos situaciones, la incontinencia de esfuerzo, donde las pérdidas de orina ocurren en situaciones como estornudar, reír, correr, toser; y la incontinencia de urgencia donde hay una clara hiperstimulacio anómala del músculo de la vejiga, el detrusor.
La incontinencia de esfuerzo se suele tratar con una malla de polipropileno (sling) que da soporte a la uretra, el conducto por el que discurre la orina desde la vejiga. Esta es una técnica mínimamente invasiva, con un elevado porcentaje de éxito y muy bajo riesgo de complicaciones cuando es realizada por un facultativo formado adecuadamente. No se suele requerir ingreso hospitalario.
Otras opciones como las inyecciones de hidrogel, el láser vaginal o las mallas ajustables también están disponibles pero se recomiendan en casos muy concretos.
La gran ventaja de la cirugía vaginal es el reducido tiempo de convalescencia post-operatoria. La ausencia de incisiones abdominales facilita una recuperación rápida, mínimo dolor durante el post-operatorio y el retorno a una vida activa en pocos días.
La vejiga hiperactiva es una entidad compleja y que todavía no se entiende completamente. A veces la causa puede ser una alteración de la "comunicación" entre el cerebro y la vejiga. Y en otros casos puede estar provocada por un músculo detrusor hiperactivo, es decir, que se contrae demasiado y demasiado a menudo.
El primer tratamiento suele ser medicación oral que busca "relajar" el músculo. Si ésta no es efectiva, una opción puede ser inyectar Botox (toxina botulínica A) directamente en el músculo para relajarlo. Este es un procedimiento que se puede hacer de manera ambulatoria sin requerir ingreso.
"Combinado" o "Integral" son palabras que quieren representar la complejidad de los problemas relacionados con el suelo pélvico.
A menudo los problemas no están limitados a un solo síntoma o una sola estructura y nuestra intención es valorar el problema de manera global y valorar todas y cada una de las diferentes opciones de tratamiento.
También creemos que en el siglo XXI una persona debe poder decidir de manera informada qué opción de tratamiento prefiere. Es por eso que dedicamos un gran esfuerzo en mantener una buena comunicación y dar información científica de calidad a todas nuestras pacientes.
Recuperación Post-operatoria Potenciada o "Fast Track". Estudios científicos han demostrado que se puede conseguir una recuperación óptima en un tiempo reducido integrante ciertos cambios en el pre-operatorio, la cirugía y el post-operatorio.
Este nuevo enfoque ayudará a pacientes operadas de cirugía vaginal a recuperarse rápidamente y en unas condiciones óptimas. Esto les permitirá marchar de alta antes y poder disfrutar en casa con sus el tiempo que reste de convalecencia.